25/05/2025 AVIANA en Los Charcos de Quesa

Este domingo, 25 de mayo, 68 socios y socias de AVIANA nos hemos desplazado a Quesa para realizar una ruta por uno de los parajes más bellos de la zona: Los Charcos de Quesa, una serie de pozas naturales de distintos tamaños enclavadas en el barranco del Río Grande (también conocido como Río de las Cuevas), a unos siete kilómetros de la población que les da nombre.

A las 7 de la mañana, en un día prácticamente veraniego, partimos en dos autobuses rumbo a esta localidad para realizar una ruta corta de 7 kilómetros por un entorno montañoso de gran belleza natural, atravesando un desfiladero rocoso de gran valor ambiental.

Comenzamos la marcha siguiendo un sendero que, de continuar hasta el final, nos llevaría al Abrigo de Voro. Sin embargo, en esta ocasión se ha realizado una ruta más corta. Al poco de empezar, pudimos disfrutar de una poza con un pequeño salto de agua que invitaba a refrescarse. Más adelante, visitamos un abrigo rocoso que antaño sirvió como refugio de ganado.

Mientras remontábamos el cañón del Río Grande, nos impresionaron las altas paredes que lo rodean, conocidas como las Cinglas, hogar de la cabra montés y el águila real. A lo largo de todo el recorrido, el murmullo del agua y la diversidad de la vegetación —madroños, fresnos, durillos, pinos de distintas especies, orquídeas y multitud de plantas aromáticas— nos deleitaban y nos recordaban la belleza de la naturaleza.

Tras una parada para almorzar, continuamos un par de kilómetros más. Luego de disfrutar de las magníficas fotografías tomadas por nuestros compañeros fotógrafos, emprendimos el camino de regreso, esta vez siguiendo el cauce del Río Grande, que cruzamos en varias ocasiones sobre las piedras. Con el calor, no faltaron las paradas para refrescarnos metiendo las manos en el agua o salpicándonos un poco.

La segunda parte de la ruta fue espectacular. Visitamos cuatro pozas o piscinas naturales:

· El Charco de la Horteta, algo más apartado del resto,

· El Charco del Chorro de la Corbera, con una bonita cascada de unos 7 metros de altura,

· El Charco de la Cacerola o la Bañera, más pequeño pero uno de los más encantadores,

· y El Charco de las Fuentes, el más grande de todos.

En la parte baja de este último charco cruzamos una pasarela de madera que nos condujo al área recreativa de Los Chorros de Quesa, desde donde nos dirigimos al autobús para dar por finalizada esta magnífica jornada.

Un domingo más, en buena compañía, hemos disfrutado de un paraje natural de gran belleza. Gracias a quienes nos descubren estos paisajes maravillosos.

AVIANA

 

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